Todos me atraviesan con la mirada. Parecen buscar en mis entrañas, me escrutan como si escondiera los entresijos de la vida, como si albergara las respuestas que sus rostros parecen anhelar. A veces se quedan absortos, prendados de mi apariencia, con los ojos embrujados. Les gusta acicalarse ante mí, seducirme con sus gestos, con sus labios pintados, con sus cabellos alisados. Se desnudan y me muestran sus partes íntimas, se abren a mí como si fuera ellos mismos. No lo entiendo, ¿por qué yo?
